El diseño del Parque de los Príncipes supuso una novedad en la ciudad al ser la primera gran zona ajardinada construida al otro lado del río, rompiendo con el concepto clásico de jardinería y proponiendo un enfoque paisajista y naturalista.

El Parque de los Príncipes se caracteriza por sus sendas sinuosas y curvilíneas, grandes praderas de césped, y una laguna irregular de marcado corte paisajista. Además, cuenta con una antigua rosaleda con pérgolas de hormigón en forma de ese que unen diferentes zonas de plantación.

La apertura del Parque de los Príncipes supuso una gran novedad para la ciudad al ofrecer una nueva forma de entender las zonas verdes y al proporcionar un espacio verde de calidad en una zona que carecía de áreas verdes equiparables.

La inauguración del Parque de los Príncipes marcó un hito en la historia de la ciudad al ser el primer gran parque construido después del Parque de María Luisa, ofreciendo un nuevo enfoque en diseño y paisajismo que influyó en el urbanismo y planeamiento de la ciudad.